¿Te imaginas desvelar los secretos de una civilización de hace 2.000 años gracias a la ciencia? En el último Viernes con la Ciencia, el Museo del Vino de Valdepeñas se convirtió en una máquina del tiempo, llevándonos al fascinante mundo de los rituales funerarios romanos.
El protagonista de este encuentro fue el catedrático y referente en arqueoquímica, Dr. José Rafael Ruiz Arrebola, quien nos mostró cómo la química y la arqueología pueden combinarse para revelar detalles sorprendentes sobre las creencias, prácticas y cultura de una de las civilizaciones más influyentes de la historia.
Con ejemplos tan sorprendentes como el análisis de un perfume de pachulí y el vino más antiguo del mundo, este evento fue mucho más que una conferencia: fue una experiencia que conectó ciencia, historia y emoción.
Arqueoquímica: un puente entre la química y la arqueología
La conferencia comenzó con una introducción a la arqueoquímica, definida por el Dr. Ruiz Arrebola como:
"Una nueva ciencia que combina la química y la arqueología, disciplinas separadas pero con puntos en común que permiten extraer información de valor no solo para químicos, sino también para arqueólogos e historiadores."
El ponente destacó cómo esta disciplina ha permitido a su equipo de investigación trabajar durante más de una década en el análisis de restos romanos, revelando detalles sobre prácticas culturales y creencias de la época.
Hallazgos destacados: Perfume y vino con 2.000 años de historia
Uno de los momentos más sorprendentes de la conferencia fue la explicación del análisis químico de dos objetos encontrados en ajuares funerarios romanos:
Un perfume de pachulí, descrito como:
"La primera vez en la historia que se determina la composición química exacta de un perfume romano. Aunque el pachulí no aparece en las fuentes bibliográficas romanas, los análisis químicos fueron tan contundentes que se demostró su presencia más allá de toda duda."
El vino más antiguo del mundo, del que destacó:
"Este vino, con 2.000 años de antigüedad, estaba en un avanzado estado de mineralización, pero pudimos identificar biomarcadores únicos que confirmaron que era vino. Además, determinamos que era un vino blanco, ya que no encontramos ácido siríngico, un marcador de los vinos tintos."
Los rituales funerarios romanos: más cerca de lo que creemos
El Dr. Ruiz Arrebola profundizó en cómo los romanos concebían la muerte y la proyectaban en sus rituales:
"Los romanos pensaban que el lugar de su enterramiento era como su segunda casa, una nueva morada donde vivirían para la eternidad. Estas construcciones monumentales eran tanto un reflejo de su cultura como un intento de permanecer en la memoria de los vivos."
Sobre la importancia del vino en los rituales funerarios, explicó:
"El vino no solo era un alimento para los romanos; también desempeñaba un papel crucial en los rituales funerarios, desde apagar las brasas de la pira hasta lavar los huesos cremados o nutrir el alma del difunto a través de las ofrendas."
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